Ciclismo: El caso de dopaje de motor que involucra a la joven belga Femke van den Driessche es cada vez más confuso. La joven de 19 años continúa protestando por su inocencia y dice que la bicicleta confiscada pertenece a un amigo. Esto ahora se informó por primera vez hoy, varios días después del incidente.
Fue la gran emoción del fin de semana pasado: la UCI confiscó una bicicleta en la que se encontró un motor oculto durante la carrera femenina Sub-23 en el Campeonato Mundial de Ciclocross el sábado. Después de eso, más y más detalles salieron a la luz: supuestamente se trataba de una bicicleta perteneciente a la belga Femke van den Driessche, de 19 años, quien compitió en la carrera en una bicicleta que se ajustaba a las reglas y tuvo que retirarse en la penúltima vuelta. . Sin embargo, dado que la bicicleta modificada estaba en el paddock con las ruedas de repuesto del ex campeón de Europa, a la UCI no le importa que no se haya utilizado en la competición.
La propia Van den Driessche protesta por su inocencia. Después de que su padre anunciara a un periódico belga el sábado por la noche que se trataba de la bicicleta de un supervisor que entrena con ella de vez en cuando, Van den Driessche estuvo de acuerdo con este argumento un día después: “La bicicleta es de un amigo mío. Me la compró después de la temporada pasada, así que es exactamente la bicicleta que uso. Este amigo miró la ruta con mi hermano y apoyó la bicicleta contra el auto del equipo. Uno de mis mecánicos debe haberlo confundido con mi bicicleta, la limpió y la puso con mis otras bicicletas”.
Hasta ahora, tan plausible. Pero esta declaración plantea tantas preguntas como respuestas: no debería ser un problema para van den Driessche explicarle a la UCI que no es su bicicleta, solo la altura del sillín, la longitud de la potencia y otras configuraciones deben ser diferentes en su configuración. . Igualmente irritante fue el hecho de que este mismo amigo no hablara al público. Si realmente no fue su bicicleta, entonces, como amigo, le gustaría aclarar ese malentendido lo más rápido posible, al menos eso parece plausible.
Hoy era el día. Nico van Muylder, el amigo que supuestamente es dueño de la bicicleta, le dijo a Het Nieuwsblad, al menos brevemente: "Todo lo que puedo decir es que es mi bicicleta". No quiso comentar más sobre el incidente, al menos no públicamente. Independientemente de lo que realmente sucedió, es importante que la UCI investigue a fondo el caso y que la verdad salga a la luz.
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