Después de mi parada forzosa no deseada, en febrero me dirigí hacia el sur para hacer los primeros kilómetros de entrenamiento en la bicicleta de carreras.
A diferencia de los campamentos de entrenamiento anteriores, donde había tomado prestada una bicicleta, gracias a GREEN'N FIT pude llevarme la bicicleta del equipo BMC y montarla. Porque además de la bicicleta (gracias BMC :-)) también me proporcionaron el maletín de bicicleta de B&W (gracias B&W :-)).
Debo admitir que estaba un poco escéptico acerca de empacar mi pequeño gatito negro BMC en una “maleta” porque, como siempre, los aeropuertos no son exactamente aprensivos con el equipaje. Así que llegó el momento de embalar bien la moto...
... y hacia el sur a ...
¡Por suerte mi preocupación era infundada! Tanto la maleta como la bicicleta sobrevivieron al viaje (tanto al vuelo como al viaje en auto ;-)) bien - nosotros también - por cierto -
y así el BMC estuvo pronto listo para las primeras giras.
Después de atornillar nuestras bicicletas, ajustarlas y probarlas brevemente el día de la llegada, estábamos muy motivados y comenzamos nuestra primera gira al día siguiente. Ah, teníamos grandes planes e ideas sobre lo que queríamos montar... Se suponía que el escenario del rey sería el circuito ciclista Ironman. Pero la isla pronto nos trajo de vuelta a la tierra. ¡Lanzarote no es Mallorca!
Nuestra casa estaba en Playa Blanca. Esto significó que mientras nos dirigíamos al norte, tuvimos que lidiar con los llamados "vientos alisios" del norte-noreste. Nuestras montañas debían ser el viento, eso lo sabíamos de antemano, pero no que tendríamos que pelear 10 km en 40 minutos en llano (fuera del GA1) - puro cine de cabeza!!!!
Resultado: ¡primeros signos de hipoglucemia después de 30 kilómetros, incluido el robo de un supermercado! Así que habíamos recorrido el primer día con unos trabajados 85 kilómetros, lo que luego nos llevó a replantearnos los planes que habíamos hecho con antelación. Porque el viento no debe amainar entre semana...
Liberados de cualquier idea de kilómetros y cambiando la cabeza a "viento" (a unos les tomó un poco más de tiempo que a otros), recorrimos la isla poco a poco durante los días siguientes y pudimos experimentar la diversidad de Lanzarote - tanto en términos de paisaje:
... así como culinaria:
Dos de los recorridos más hermosos, en la lucha contra el viento, se veían así:
1. En el sur
Así que el primer campo de entrenamiento en Lanzarote en 2015 pasó volando en un santiamén... oh, no sé cuántos kilómetros o metros de altitud en total... tampoco importa 😉
¡Lo más importante es que todos sobrevivimos y fue divertido!
¡¡Hasta pronto, hermosa isla ventosa!!
PD: También esta vez mi querida BMC se mantuvo intacta. ¡Gracias B&W por el gran estuche para bicicletas!!!!!
La siguiente prueba sigue cuando dice: Mallorca, allá vamos 🙂
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